1. RESUMEN EJECUTIVO DEL SECTOR SALUD EN LA COMUNIDAD VALENCIANA.
La crisis económica ha tenido consecuencias importantes en la sanidad pública, impactando en centros y servicios sanitarios, en los profesionales médicos, y en los pacientes y ciudadanos. Las medidas de recorte en el gasto público realizadas han afectado a todos los agentes del sector sanitario y, consecuentemente, a la capacidad de respuesta del sistema sanitario a las necesidades de la población.
La restricción del gasto público afectó en términos absolutos fundamentalmente a la remuneración del personal y al gasto farmacéutico, pero en términos relativos la partida más afectada fue la de inversiones en tecnología médica). Esto hizo que las comunidades autónomas mantuvieran con dificultades los proyectos que habían venido desarrollando, pero sin generar nuevos proyectos ni nuevos horizontes para la transformación digital del sistema sanitario.
Así, observamos que desde el comienzo de la década de los 2000 el gasto sanitario público en España ha estado creciendo anualmente hasta el año 2009. A partir de entonces y debido al contexto económico, se ha producido un descenso anual llegando en 2018 a 75.435,4 millones de euros, lo que supone un 6,24% del PIB y 1.617€ per cápita. Por otra parte, y según el último informe Reina, únicamente un 2,4% del gasto público en TIC en 2017 se destinó al ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Junto a los problemas descritos de naturaleza económico-técnica el sector se enfrenta a la necesidad de modificar su enfoque pasando de un modelo de atención al paciente agudo a la atención al crónico[4] con necesidades claramente diferenciadas. El incremento de la expectativa de vida con el envejecimiento progresivo de la población hace necesario abordar las necesidades de la población y el incremento exponencial del gasto en sanidad. La transformación del sistema y su sostenibilidad requiere la utilización de los avances en las nuevas tecnologías.
2. BREVE ANÁLISIS DEL SECTOR SALUD
En el caso de la Comunidad Valenciana, su gasto en sanidad para el año 2018 fue de 6.378 millones de euros, un 31,51% del presupuesto total, subiendo un 5,04% respecto a 2017 y siendo per cápita de 1.282€. Del presupuesto global, el destinado a TIC ascendió a algo de más de 45 millones de euros (0,71%), lo que supone una inversión aún menor que a nivel nacional.
Esta obsolescencia tecnológica puede afectar de forma muy directa a la calidad de la práctica clínica. Supone privar a los pacientes y a los profesionales de muchas ventajas que incorporan los nuevos equipos como: mayor seguridad del paciente, reducción de dosis, post-proceso avanzado más fácil y rápido, disminución de repeticiones de exámenes (y, con ellos, los costes y la incomodidad de los pacientes y usuarios), mejores diagnósticos, y disminución de lista de espera (debido al aumento de la rapidez del examen y la mejora en el flujo de trabajo).
Además de la renovación de equipos médicos, la introducción de las nuevas tecnologías de diagnóstico y tratamiento en el sistema sanitario es uno de los diez temas más candentes de la sanidad española actualmente, siendo un aspecto fundamental la provisión de mecanismos de financiación que permitan su implantación real. Por todo ello, se hace necesario aumentar, tanto a nivel autonómico como nacional, la inversión en tecnologías de la información y las comunicaciones, de tal manera que el servicio público de salud sea sostenible a medio y largo plazo, y aumente la eficacia en los tratamientos, lo que a su vez implica un aumento en la calidad de vida y satisfacción de las personas.
3. CONTEXTUALIZACIÓN DEL SECTOR SALUD (PUNTOS FUERTES Y DÉBILES)
Según el informe “La oportunidad digital de la sanidad” de la Fundación Ramón Areces la medicina y la sanidad oportunidad histórica de aprovechar el impulso renovador que ofrecen las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (computación en la nube, Big Data, Internet de las Cosas, etc.), que ya están alterando la estructura de muchas industrias y transformando profesiones y la vida cotidiana en general.
Para que el potencial de la sanidad digital se manifieste en toda su plenitud es necesario que el sector venza la inercia y la resistencia al cambio organizativo y a la innovación que ha mostrado en el último medio siglo. Los jugadores ya establecidos deben incorporar tecnologías digitales en sus procesos de negocio si quieren mantener su posición dominante.
Además, el sector cuenta con nuevos jugadores: nuevas empresas digitales o empresas tecnológicas y del sector de telecomunicaciones ya están entrando en el campo de la prestación de servicios de salud, cambiando la dinámica competitiva en sanidad. La velocidad del cambio dependerá de los diversos agentes involucrados (empresas, incumbents, nuevos jugadores, políticos, gestores de sistemas públicos) y especialmente de la actitud de los reguladores y de la voluntad de cambio que manifiesten los destinatarios de los servicios, consumidores y pacientes.
4. FUTURO DEL SECTOR DEL SALUD
La entrada de la sanidad en la era digital cambia los canales de distribución y los propios productos y servicios que se ofrecen. Las nuevas TIC crean oportunidades para innovar en los modelos de provisión de servicios médicos y provocan cambios importantes en la estructura de la industria sanitaria, por la entrada de los nuevos competidores con modelos de negocio rompedores y por la expansión geográfica de los mercados médicos, que dejan de ser estrictamente locales.
Esta industria, tan estable durante décadas, sufrirá una revolución similar a la que otras industrias están experimentando en los últimos años, lo que supondrá un desafío para organizaciones y profesiones sanitarias.
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